La máquina del tiempo

Había una vez, en un planeta llamado Llinga, una familia que adoptó a un extraterrestre que se llamaba Suso, era de piel azulada, ojos grandes y rojos, los labios rojos y regordetes, unas orejas puntiagudas y su cuerpo era flaco y chico, su brazos tienen unas manchas marrones, tenia la nariz muy grande. Vivía con su amigos, familiares, conocidos.... Era muy sensible, ayudaba a las personas, era amable, fuerte, inteligente … A él le gustaba salir a pasear, ir al parque,

salir con sus amigos de marcha ....

Llinga, era un planeta bonito, acogedor, lleno de personas muy buenas y amables . Llinga está en el universo, cerca de la tierra. De repente, un día a Suso se le ocurrió una gran idea ¿Y si inventamos una máquina del futuro? así podemos ver si llueve, si va ha hacer sol, si va a ocurrir algo malo o bueno..... Así que decidieron hacer una máquina del futuro.

Traspasar unos años de trabajo duro para todos, por fin la tenían terminada. Era grande, roja, cuadrada, con muchos botones. Un día Suso se metió en la maquina del tiempo para decirle a todos como funcionaba, primero pulsó el botón de encender, segundo, dijo en voz alta...

-¡Quiero ver el futuro!- dijo Suso.

 Y de repente ¡PLAS!, ya no estaba. ¡La máquina del tiempo vale!- decía la gente en voz alta.

Al pasar unos momentos apareció Suso y dijo que algo bueno iba a pasar. La gente decía que no, que aquí casi todo lo que pasaba era malo, que se lo había inventado todo el, pero pasado meses vino un niño muy especial, que era el hermano de Suso, Fica.

-¡Hola hermano!- dijo Fica a Suso

-¡Cuanto tiempo!- contesto Suso

-Menudo viaje me e pegado - habló Fica

-¿Pero a que as venido hermano?- pregunto Suso

-¡Ha ayudaros ! exclamó contento

-!Genial!

Fica era muy bueno para todos, hacia plásticos para que no se mojasen, mantas para estar caliente, muñecos con los que los niños jugar.... y como Suso dijo todo eso, era lo bueno que vio Suso por la maquina del tiempo, todos aplaudieron por ver que por los años de trabajo entre todos, al final la máquina valía.

                                                            FIN